Disfrutar la primavera en formato picnic
Te has venido arriba con la primavera y sólo ves almendros en flor, polen y un sol que con la chaqueta puesta ya molesta. Estamos oficialmente en primavera, las horas se alargan y tenemos más ganas de hacer planes.
Blink-blink. Suena el whatsapp y la pregunta es: ¿Qué hacemos este finde?
¡Un picnic improvisado!
¿Qué necesitas para improvisar un picnic?
Un mantel a cuadros, o blanco, que te pueda servir como mesa campestre y cómo cama para una secundaria siesta.
La cesta de mimbre. Muy práctica no es, pero oye, es muy bucólica. En ella nosotros añadimos: una hogaza de pan de pueblo, algo de embutido, tomata de penjar de la tierra, aceite de oliva virgen extra de la Barona del Molí de Robres, un queso de tomillo de Quesos de Catí y un vinito blanco fresquito y afrutado de las bodegas de Vicente Flors de Castellón.
Si se unen algunos más, entonces ya pasamos por la tienda de #300torres y nos pillamos un pollo bien tostado, un bote de alioli, una ensaladilla rusa para compartir y unos boquerones adobados y fritos para quitar el hipo y el hambre, claro.
Para acabar la jornada, una siesta puede ser buena idea. Aunque la tierra sigue húmeda y si no quieres recogerte los riñones cuando te levantes, te aconsejamos que la dejes para un picnic de verano.
A nosotros nos encanta recogerlo todo, incluso las migas de pan porque hay que dejar siempre la naturaleza tal cual la hemos encontrado (incluso un poco mejor si se puede) y nos iríamos de caminata porque el fuet no se baja sólo.
Y tú, ¿dónde vas a ir de picnic?